A veces hay que darse un portazo en las narices. Bueno es darse cuenta antes o después de que el que vivía entre esas cuatro paredes no éramos nosotros mismos. Un abrazo! Cristina
He sentido tantas y tantas veces esa desidia al mirarme al espejo, que decidí vivir en una casa sin espejos, luego volvió mi bipolaridad y me emborrache de nuevo de mi misma... puta o santa, no me queda más remedio que vivir atada a esta mente y este cuerpo.
para dejarme tendría que echarle valor, pero más tarde pienso en la costumbre y sea así, AMEN.
Sólo el primer verso vale por un mar de sensaciones...
ResponderEliminarUn latigazo de cojones (con perdón).
Aplaudo tus letras y sentir a partes iguales.
A tomar viento aquello que te haga daño! dale un buen portazo…pero siempre deja abierto, para que entre lo no tan malo… ;-)
ResponderEliminarBsazos amigo!
A veces hay que darse un portazo en las narices. Bueno es darse cuenta antes o después de que el que vivía entre esas cuatro paredes no éramos nosotros mismos.
ResponderEliminarUn abrazo!
Cristina
He sentido tantas y tantas veces esa desidia al mirarme al espejo, que decidí vivir en una casa sin espejos, luego volvió mi bipolaridad y me emborrache de nuevo de mi misma... puta o santa, no me queda más remedio que vivir atada a esta mente y este cuerpo.
ResponderEliminarpara dejarme tendría que echarle valor, pero más tarde pienso en la costumbre y sea así, AMEN.